Por Daniel Láinez González, 2ºB ESO
Iba caminando por la Feria del Libro, en el Parque del Retiro, cuando me detuve enfrente de la estatua del Ángel caído. Me miraba fijamente, con esos ojos fríos que tiene, entonces oigo un murmullo entre la multitud. Todos estaban gritando y huyendo despavoridamente. En medio de la multitud un autor, caído en el suelo, con una gran mancha de sangre, me acerque a él lentamente. Descubrí que era Carlos Ruiz Zafón. No sé porque le habían matada, ni lo sabría… de momento. Llame a la policía, y tardó una media hora en venir. Yo en ese tiempo era un detective de afición, aunque fuese un policía. Empecé a investigar por mi cuenta, ya que en el cuerpo no me daban el caso. Entonces busque a alguien que tuviese tanto odio a Carlos como para matar. Entonces leyendo en Internet descubrí que muchos autores novatos le tenían gran odio por eclipsarles, después busque quienes habrían ido a la Feria del Libro el DÍA del asesinato. Encontré muchos nombres, pero, sólo unos cuantos encajaban con el perfil.
Me recorrí todos los puestos preguntando si habían estado en el los autores previstos, y casi todos me respondieron que sí, a excepción del puesto cuarenta y dos, pero, me pareció raro ya que la autora que falto era… Laura Gallego, ella no encajaba en el perfil. Busque a gente que hubiese visto el asesinato y todos me decían que era un hombre alto y rubio.
Volví a buscar un perfil distinto, el que me habían dicho, y no encontré a ningún autor, pero sí a un tendero, justamente el de dicho puesto, el cuarenta y dos. Ahora todo encajaba, por eso Laura Gallego no fue, porque el tendero canceló la cita para cerrar el puesto un rato. Investigué para no prejuzgar, pero las pistas le delataban, así pues, fui y lo detuve, y cuando le interrogamos (la policía y yo) testificó todo.
sábado, 20 de junio de 2009
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