Por Ana María Freitas, 4º de ESO
Estoy cansado de estar aquí esperando que no te vayas. Sé que te tienes que ir, pero no tengo miedo ya que, aunque te vayas, tu presencia se quedará conmigo y no me dejará solo. Me duele el corazón y el alma. Me has hecho una herida que parece que nunca sanará y que hace que el dolor que siento sea más real. Sueño contigo a menudo pero normalmente son pesadillas y alguna vez son sueños agradables en los que vuelves a tu antigua vida, la que tenías conmigo, para quedarte. Tu voz retumba en mi cabeza a todas horas y no consigo olvidarme de ella ya que sigo las pautas que tu vida anterior marcaba. Tú sabes perfectamente que cuando tú estabas mal y llorabas yo estaba allí para estar contigo y sacarte una sonrisa, cuando tenías miedo te abrazaba fuerte y te decía que todo había pasado y que no dejaría que nadie te tocase. Te mantuve bien arriba durante todo este tiempo, y yo contigo, y conseguiste quedarte arriba, pero para ello te separases de mí y lo que más me duele es que te llevaste todo de mí: mis recuerdos, mi alma y mi corazón. Tendría que haberme hecho ya a la idea de que no vas a volver, de que has dejado todo atrás. Me lo digo duramente todos los días de mi vida aunque nunca con el resultado correcto. Y sé una cosa: siempre estuve solo, solo desde el principio. Y creo que lo que más me duele es que yo me entregué a ti por completo y dejé a mis seres queridos para estar contigo y me has dejado completamente solo y desamparado.
Sé que debería estar en casa con mi familia, pero estoy en la calle empapándome ya que cae una gran tormenta pero me da igual. Estoy esperando por si la lluvia puede borrar todo lo que dejaste de ti en mí, pero no hay manera. Me siento en un banco y las lágrimas empiezan a salir de mis ojos. Paro de sollozar para oír un sollozo mucho más fuerte, me levanto rápidamente. Deseo que seas tú la que está sollozando por no haber hecho lo correcto, pero no eres tú. Es una chica morena y ojos esmeralda bañados en lágrimas. Le tiendo la mano y ella me mira, le sonrío y ella coge mi mano.
Sé cómo se siente porque sé que le pasa, por eso la llevo a mi casa. Allí le doy ropa seca para que se cambie y la llevo a casa en coche durante todo el trayecto le cuento qué me ha pasado. Antes de llegar a su casa me cuenta qué le ha pasado y cuando paro el coche se echa a llorar y la abrazo. Ella se apoya en mi pecho sin dejar de sollozar. La separo de mí y le levanto la cabeza colocando un dedo debajo de su barbilla.
-Tus ojos son muy bonitos para que los escondas detrás de lagrimas- le dije y la besé.
Sé que no la tenía que haber besado. Los dos pasábamos por un mal momento, pero lo hice y me sentí bien y ella no se negó al contrario me besó más y se pegó a mí todo lo que pudo.
Nunca olvidaré ese día. Tú me dejaste, pero encontré a una persona mejor con la que estoy felizmente casado y con la que he formado una familia y por un lado te doy las gracias por haberme dejado, si no nunca hubiese sido tan feliz como ahora.
jueves, 16 de abril de 2009
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ana tia eres una maquina!! cuando seas una escritora famosa acuerdate de mi y escribe un libro con una chica con mi nombre pliss!!!!
ResponderEliminarno en serio, me encanta como escribes!!! y aver si publicamos ya de la de los cambios repentinos de la vida que me tienes to pica!!weno sigue asi,bss cuidate
por cierto ... SABES QUE SOY TU FAN NUMBER ONE!!!! xDDDDD ME LO E GANADO LEYENDO TODAS TUS HISTORIAS Y JUZGANDO XDDDDD
ResponderEliminarOstiass!!!!! (con perdón) Jajaja en serio tia que bien escribes!!! jooo yo a mi me pasa lo del principio =( la adolescencia que nos tiene así de tontos jaja no en serio, me he metio en la historiaa y tia casi lloro!!! joo que bien has descrito los sentimientos tia =)¡Sigue así! Para que pueda seguir leyendo más relatos y me emociones como hoy!! te quieroo anaa no lo olvidess!!!! esperoo más relatoss ehhhh
ResponderEliminarmuchas gracias chicas por leer!!!!! okm
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